Jardín vertical: qué es y cómo crearlo

Jardín vertical: qué es y cómo crearlo

Las ventajas de los jardines verticales

Hermoso, saludable y, por supuesto, verde. Los jardines verticales permiten cubrir de vegetación las paredes interiores y exteriores de los edificios, aportando beneficios a quienes viven o trabajan en ellos.

La vegetación desempeña un papel cada vez más importante en el diseño de los edificios. Basta pensar en el éxito internacional del Bosco Verticale o la Torre Botánica, un jardín botánico de 25 plantas. Pero también a los planes de reurbanización de las ciudades desde un punto de vista sostenible.

Existe una técnica para plantar vegetación que tiene tres ventajas: embellece un edificio, aumenta su sostenibilidad energética y mejora la calidad del aire en su interior o en sus inmediaciones. Todo ello sin ocupar grandes superficies horizontales.

Se trata de los famosos jardines verticales o muros verdes, que permite reservar un espacio para la vegetación incluso donde el espacio es escaso.

decoración con jardín vertical

Según, los mejores  instaladores de jardines verticales, esta innovadora técnica consiste en crear un hermoso panel de plantas que se adhiere a una pared o se instala de forma independiente. A diferencia de un jardín tradicional, las plantas en un jardín vertical se cultivan verticalmente, creando una apariencia única y cautivadora.

Desde su invención por Stanley White Hart en 1938 y su relanzamiento por el botánico Patrick Blanc en 1988, su popularidad no ha disminuido.

El jardín vertical no debe considerarse sólo una decoración, sino un verdadero elemento arquitectónico, interior o exterior, capaz de mejorar la funcionalidad de cualquier edificio que lo alberga.

Existe una gran variedad de jardines verticales naturales son una opción fascinante y versátil para embellecer tanto casas particulares, terrazas, oficinas o comunidades. Estos jardines varían en tamaño y diseño, pero todos comparten una característica especial: fusionan el paisaje con la arquitectura, creando una simbiosis única entre ambas.

Al incorporar un jardín vertical natural, el entorno arquitectónico se transforma en un elemento integrado con la naturaleza, agregando belleza, frescura y vitalidad al espacio. Ya sea en una pequeña terraza urbana o en un edificio de oficinas de gran escala, los jardines verticales naturales proporcionan una conexión visual y sensorial con la naturaleza, mejorando la calidad de vida y creando un ambiente más saludable y armonioso.


Cómo crear un jardín vertical en interiores o exteriores

¿Cómo crear un jardín vertical en interiores o exteriores?

La técnica más común para crear un jardín vertical es la hidroponía, un tipo de cultivo de plantas sobre el suelo que se basa en un sustrato inerte. El «suelo» así compuesto puede albergar una gran variedad de especies, entre las que destacan los helechos, las higueras trepadoras, el musgo, la pilea y la calatea.

La elección depende de las características climáticas de la zona, del lugar concreto y de la exposición de la luz. Lo cierto es que la biodiversidad aumenta no sólo el impacto estético de la instalación, sino también su resistencia a las plagas.

Si optas por plantas que no sean de hoja perenne, también verás un cambio de color según las estaciones. Por último, puedes optar por ejemplares que ya están en pleno desarrollo, para un resultado inmediatamente perceptible, o puedes cultivarlos desde cero, siguiendo su crecimiento.

Naturalmente, las plantas no están en contacto directo con la superficie de los edificios, ya que sus raíces los arruinarían. En cambio, están contenidos en un marco sólido, lo que hace que la estructura sea versátil en términos de tamaño y posicionamiento.

El jardín vertical también debe estar equipado con un sistema de riego por goteo para suministrar agua y nutrientes a las plantas. Y, sobre todo en el caso de las instalaciones interiores, puede ser necesario un sistema de iluminación para favorecer su crecimiento si no se les puede proporcionar una cantidad adecuada de luz natural.

Pero todo lo que necesitas para montar un jardín vertical es cualquier soporte vertical, una pared vacía y un poco de imaginación en la composición botánica. De hecho, hay muchos jardines verticales caseros, sobre todo en balcones o cocinas. Todo lo que necesitas es una red y una planta trepadora o una estructura que soporte varias filas de macetas con plantas, flores y hierbas.


¿Por qué crear un jardín vertical?

ventajas del jardín vertical

El efecto tranquilizador de un jardín vertical es innegable y bastaría por sí solo para justificar su presencia. Pero, como todos sabemos, los efectos beneficiosos de las plantas no se quedan ahí.

Al retener el CO2 y generar oxígeno, mejoran considerablemente la calidad del aire tanto en el interior como en el exterior de los edificios. Actúan como verdaderos purificadores, haciendo que el ambiente sea más saludable.

Por lo tanto, podrían ser especialmente útiles para las personas que viven en ciudades, trabajan en oficinas con mucho tráfico o respiran aire contaminado por agentes químicos, biológicos o físicos. Entre estos últimos está el ruido, que también se evita con la presencia de plantas, que contribuyen al aislamiento acústico y garantizan un entorno más tranquilo, ya sea en el trabajo o en casa.

Los jardines exteriores que cubren una gran parte del edificio ayudan a aislarlo térmicamente, reduciendo las fluctuaciones de temperatura. Esto significa que se utiliza menos energía para calentar o enfriar el edificio, dependiendo de la temporada, y por lo tanto se desperdicia menos dinero.

El verde también protege de los rayos UV, evitando que las paredes se sobrecalienten en verano, y las protege de las lluvias torrenciales. Por último, reduce la temperatura en sus proximidades gracias a la transpiración de las plantas, que libera vapor en el aire.

Hay dos desventajas, ambas relacionadas con la complejidad de la estructura del jardín:

  • La proximidad de las especies, que hace que la cubierta sea uniforme y frondosa, hace que compitan por cada centímetro y cada rayo de sol, tendiendo a solaparse. Por lo tanto, requieren un mantenimiento constante, especialmente la poda, para evitar un aspecto desordenado o la muerte de algunos ejemplares.
  • La segunda desventaja es el elevado coste, esto se debe a varios factores, desde la necesidad de mantenimiento, si se contratan especialistas, hasta la compra de abonos específicos y el consumo energético de los sistemas de riego e iluminación.
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